Las personas mayores y los adultos dependientes necesitan de unas estrictas rutinas de higiene diaria que garanticen su comodidad y su limpieza. Muchas de estas rutinas no solo exigen de técnicas de movilización específicas para su desarrollo con seguridad, sino de la utilización de artículos que facilitan esta tarea, aportan confianza y garantizan el confort de la persona atendida.

Una de las claves de la calidad de vida de las personas cuidadas está en su higiene personal. El aseo diario no solo sirve para evitar malos olores, infecciones, úlceras, picores y otras reacciones cutáneas. Sentirse limpios, cuidados y aseados es también una manera de reforzar el autoestima, de recordarles su papel en el entorno social y familiar y de proporcionales mayor seguridad en su día a día. El aseo personal es sinónimo de salud y bienestar, por dentro y por fuera.
Las rutinas de higiene diaria sirven además para establecer unos horarios que resultan fundamentales en el desarrollo de la jornada. Las personas mayores o dependientes necesitan tener organizados sus días en torno a una serie de hábitos que les permiten tener un mayor control sobre lo que va a suceder en cada momento del día. En este sentido, la hora del aseo funciona como uno más de esos hitos que le ayudan a entender en qué momento de la jornada se encuentran.
No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
Levítico 19:18
