La última etapa de la vida suele ser un periodo de transición, como por ejemplo:
- La jubilación
- Una reubicación
Y de adaptación a perdidas:
- Un duelo

Jubilación
La jubilación a menudo es la primera transición importante a la que se enfrentan las personas mayores. Sus efectos sobre la salud física y mental difieren de persona a persona, dependiendo de la actitud que se toma y el motivo de la jubilación. Aproximadamente un tercio de los jubilados tienen dificultades para adaptarse a ciertos aspectos de la jubilación, como la reducción de ingresos y la alteración del rol social y de ciertos privilegios. Algunas personas optan por jubilarse, después de haber deseado mucho dejar de trabajar. Otras se ven obligadas a retirarse (por ejemplo, debido a problemas de salud o a la pérdida del empleo). Una preparación adecuada para la jubilación y el asesoramiento para jubilados y sus familias pueden ser de utilidad. Muchas empresas y entidades locales ofrecen servicios sobre la planificación de la jubilación.
Reubicación
Durante la vejez, se pueden tener que vivir varios traslados. Por ejemplo, las personas pueden trasladarse a una segunda vivienda con todas las comodidades deseables, a un alojamiento más pequeño para reducir la carga del mantenimiento de la propiedad, a una comunidad con un mejor clima o cerca de los familiares, a la casa de un familiar o a una residencia. Las personas que reaccionan mal al traslado son, por lo general, las que viven solas y aisladas de la sociedad y/o que son pobres y depresivas. Por lo general, las mujeres responden mejor que los hombres.
Debido a complicaciones económicas y sociales, entre otras, algunas personas mayores sienten que deben permanecer en los hogares o vecindarios problemáticos, a pesar del deseo de trasladarse. A menudo, los trabajadores sociales pueden ayudar a los adultos mayores a evaluar sus opciones de reubicación o modificación del hogar.
Gran parte del estrés parece ser consecuencia de la sensación de falta de control sobre la mudanza y de no saber qué les espera en el nuevo entorno. Para las personas mayores que tienen pérdida de memoria, un alejamiento del entorno familiar puede intensificar la confusión y la dependencia de los demás y conllevar frustración. Muchas mudanzas ocurren de repente, pero solo un poco de preparación puede ayudar a disminuir el estrés del traslado. Si es posible, las personas que se mudan deben familiarizarse con el nuevo entorno con mucha antelación. Visitar el nuevo entorno y conocer los vecinos potenciales puede ser muy útil.
Duelo, depresión y riesgo de suicidio
El duelo afecta a muchos aspectos de la vida de una persona mayor. Por ejemplo, la interacción social y la compañía disminuyen y el estatus social y las circunstancias económicas pueden cambiar. Las personas mayores pueden experimentar un declive en su propia salud después de la muerte de un familiar cercano o un amigo. La muerte de un cónyuge afecta a hombres y mujeres de manera diferente. En los 2 años después de la muerte de la esposa, la tasa de mortalidad en los hombres tiende a aumentar, sobre todo si la muerte ha sido inesperada. Para las mujeres que han perdido al marido, los datos no son tan claros, pero en general no indican un aumento de la tasa de mortalidad.
Los trastornos del sueño y la ansiedad son normales en personas que están de luto. Estos efectos generalmente se resuelven en cuestión de meses sin el uso de medicamentos. Si el dolor se prolonga o es desproporcionado, la persona es incapaz de realizar las actividades básicas cotidianas o se muestra reacia a ello, o si manifiesta ideas suicidad es necesario que un médico haga una valoración y prescriba un tratamiento. Si el médico diagnostica depresón, la persona suele ser remitida a un psiquiatra o a un psicólogo. A veces, es útil el empleo de antidepresivos.
En Estancia Estela de Luz buscamos una oportuna detección de la depresión y ofrecemos una visita inicial al médico para una completa valoración. Los cuidadores y los profesionales de la salud buscamos síntomas de depresión y ser conscientes de que las personas que han perdido a un ser querido presentan un riesgo elevado de suicidio y de deterioro de la salud.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Filipenses 4:13.
